Violencia
de género y doméstica
La violencia de género, es cualquier acto violento basado en las relaciones de dominación del hombre sobre la mujer –bajo una situación de desigualdad– que tengan o puedan tener como consecuencia, un daño físico, psicológico o sexual, incluidas las amenazas y privación de libertad, ocasionando en muchas ocasiones la muerte de la mujer.
Este tipo de violencia ha sido y es un tema de gran trascendencia en la sociedad actual, dado que sigue siendo creciente la cifra de mujeres que padecen situaciones de violencia por parte de un hombre. Esta violencia no entiende de estratos sociales, nivel educativo, cultural o económico, afecta a las mujeres por ser mujeres atentando contra su dignidad, su integridad y su libertad.
La Violencia Doméstica, por el contrario, se da sin diferencia de sexo. Tal como recoge nuestro Código Penal, es aquella violencia física, psíquica, sexual o económica que ejerce una persona sobre quien sea o haya sido su cónyuge, o sobre aquella que esté o haya estado unido por una análoga relación de afectividad, aun sin convivencia, o sobre los descendientes, ascendientes, o hermanos por naturaleza, adopción o afinidad, propios o del cónyuge o conviviente, o sobre los menores o personas con discapacidad necesitadas de protección que con dicha persona convivan, o que se encuentren sujetos a la potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho del cónyuge o conviviente, o sobre persona amparada en cualquier otra relación por la que esté integrada en el núcleo de su convivencia familiar.
Con educación a los niños y niñas, se puede prevenir tanto la violencia de género como la doméstica. Formándolos en el respeto y en el diálogo para resolver pacíficamente los conflictos, ponderando valores como la autoestima y la empatía.
“El que quiere, el que ama, no hace daño”

Violencia
de género y doméstica
La violencia de género, es cualquier acto violento basado en las relaciones de dominación del hombre sobre la mujer –bajo una situación de desigualdad– que tengan o puedan tener como consecuencia, un daño físico, psicológico o sexual, incluidas las amenazas y privación de libertad, ocasionando en muchas ocasiones la muerte de la mujer.
Este tipo de violencia ha sido y es un tema de gran trascendencia en la sociedad actual, dado que sigue siendo creciente la cifra de mujeres que padecen situaciones de violencia por parte de un hombre. Esta violencia no entiende de estratos sociales, nivel educativo, cultural o económico, afecta a las mujeres por ser mujeres atentando contra su dignidad, su integridad y su libertad.
La Violencia Doméstica, por el contrario, se da sin diferencia de sexo. Tal como recoge nuestro Código Penal, es aquella violencia física, psíquica, sexual o económica que ejerce una persona sobre quien sea o haya sido su cónyuge, o sobre aquella que esté o haya estado unido por una análoga relación de afectividad, aun sin convivencia, o sobre los descendientes, ascendientes, o hermanos por naturaleza, adopción o afinidad, propios o del cónyuge o conviviente, o sobre los menores o personas con discapacidad necesitadas de protección que con dicha persona convivan, o que se encuentren sujetos a la potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho del cónyuge o conviviente, o sobre persona amparada en cualquier otra relación por la que esté integrada en el núcleo de su convivencia familiar.
Con educación a los niños y niñas, se puede prevenir tanto la violencia de género como la doméstica. Formándolos en el respeto y en el diálogo para resolver pacíficamente los conflictos, ponderando valores como la autoestima y la empatía.
“El que quiere, el que ama, no hace daño”